El maestro Frank Fernández |
Periodista: ¿Cómo llega el maestro Frank Fernández a
su aniversario 55 de vida artística?
Maestro: Bueno, más viejo. Realmente me siento
muy contento, no satisfecho, porque cuando uno ya aprende a valorar y a
respetar el arte, satisfecho es muy difícil que uno se sienta, pero sí muy
contento, porque casi, casi todos los empeños de mi vida los he podido cumplir.
El primero y mayor de todos ha sido, el llegar a ser concertista naciendo en un
pueblo del campo oriental, donde los elementos culturales, como seguramente,
tú debes saber, eran la Banda Municipal y la Academia de Música de mi madre,
allí no había más que eso y mucha gente me desestimuló, diciéndome que para ser
concertista había que nacer en La Habana, había que tener una familia y un
ambiente de mayores niveles culturales. Pues ese ha sido el sueño más grande de
mi vida y dedicado, además, a la memoria de mi madre, que antes de morir,
cuando yo tenía seis años, me dijo: “Mijo, no abandones nunca el piano, tú
tienes talento “ o “Tú tienes talento , no abandones nunca el piano”. Así, llego
a los 70 y confieso que sigo tratando de aprender, sigo tratando de
perfeccionar mis capacidades artísticas, mis conocimientos como compositor,
como director de coro, eventual director de orquesta, sobre todo cuando grabo
la música que compongo y como pianista, que ha sido el esfuerzo mayor o el
mayor tiempo que le he dedicado a mis capacidades.
Periodista: ¿Qué significa para Frank Fernández
Mayarí, su mamá, Henry Mozert y Margot Rojas?
Maestro: Mayarí es como una de las cuatro patas
fundamentales de una mesa, que ha sustentado toda mi carrera, yo siempre
he dicho y repito y cada vez me convenzo más, que sin Mayarí, yo hubiera
quedado cojo e incompleto. Mi mamá, es la inspiración, la soledad y al mismo
tiempo mi ángel de la guarda más importante, a la cual he dedicado toda mi
vida, todas las cosas buenas de mi vida. Yo pienso, que bueno sería que ella
estuviese. Henry Mozert es el famoso director de coro alemán, que vino a Cuba y
en un momento, donde a mí no me habían permitido la entrada al Conservatorio
Amadeo Roldán, por falta de gran preparación técnica. Yo tuve que trabajar en
la música popular que fue donde me dieron cabida, me siento orgulloso de lo que
aprendí, pero el hecho real es que volví a Mayarí, porque yo sabía que para ser
concertista tenía que tener una preparación más fuerte. Henry Mozert
cuando da el curso a los grandes directores de coro admite una serie de alumnos
oyentes , yo me apunto, por Oriente me mandan como alumno oyente y en las características
que Mozert hace, el me salva la vida artística porque , él dice: “Frank
Fernández puede ser un gran director de coro, pero mejor pianista” .Y tú sabes
que en todos los países del mundo hay cierto colonialismo mental , que lo que
dicen los extranjeros, tiende a creerse un poco más, eso ni está mal, ni está
bien, el hecho es que eso me consiguió la plaza de profesor y me permitió estar
como profesor – alumno en el Conservatorio Amadeo Roldán y ahí finalmente,
gracias a esa oportunidad conozco a Margot Rojas, que es una de las cuatro
patas de la mesa, porque ella me trasmite, el conocimiento de las esenciales
formas de tocar, de concebir la música del siglo XIX. ¿Por qué una mujer en
pleno siglo XX tiene esa capacidad? Pues porque ella había sido alumna del
último alumno de Franz Liszt; y como tú conoces y todos los oyentes seguramente
saben, Franz Liszt fue considerado el más grande pianista del mundo en el siglo
XIX. Y el siglo XIX es el siglo de oro del piano y eso Margot Rojas me lo
trasmite a mí. Además de grandes valores humanos y esa es una pata
importantísima de esta mesa que sostiene mi carrera artística, ya que era
una persona muy ética, muy genial y ella me da esos conocimientos desde el
punto de vista estilístico. Es algo muy trascendente en la vida de Frank
Fernández, Margot Rojas.
Periodista: ¿Cómo recuerda su estancia en Moscú?
Maestro: Moscú es otra de las cuatro patas ya van tres. Victor
Merzhanov, uno de los más grandes pianistas y pedagogos de la escuela rusa de
piano. Después de los principios de la escuela romántica, de la escuela del
siglo XIX en el piano, el desarrollo que ha existido en la enseñanza, está en
el Conservatorio Tchaikovski y allí yo, a través de ese grande de la escuela
rusa de piano, aprendo, solidifico lo que Margot me ha enseñado y desarrollo al
máximo de mis posibilidades, lo que hoy es considerado por muchos críticos, con
mucha generosidad y con mucha solidez y antes de que me preguntes cuál es la
cuarta pata, te informo que ha sido mi dedicación, mi estudio, mi análisis a
las mejores tradiciones de la pianística cubana. Ahí están mis discos sobre
Cervantes, Lecuona, sobre Cervantes – Saumell que es la primera grabación en el
mundo que incluye todas las danzas y contradanzas, música que todavía está por hacerle
justicia completamente, pero ese conocimiento de lo propio, junto con la
vinculación con Mayarí al mundo de la mejor tradición popular. Ese conocimiento
y estudios, de investigaciones sobre los grandes clásicos de la música cubana.
Yo siempre aclaro que Cervantes y Saumell no solamente son los primeros
nacionalistas, son los padres de toda la música cubana, porque hasta ellos sin
quitarle méritos a Paderos, Cecilia Aristis a todos los anteriores, porque yo
creo que es muy lindo sumar en lugar de restar. Si había méritos , pero la
concreción, la transparencia y la fuerza que lograron Cervantes y Saumell
marcaron indisolublemente una manera de sonar que ya no solamente podía ser
parecido a un nacionalismo, ya no solamente era un nacionalismo con grandes influencias
europeas, no, ya era una música absolutamente criolla, una música identitaria
de la nacionalidad cubana y eso es mucho, se dice rápido, pero es mucho y yo me
tomé mucho tiempo, empeño, sacrificio y placer en conocer eso. O sea que Mayarí
la génesis, ese contacto con la música clásica y popular, sin fronteras, el
conocimiento de las tradiciones del gran pianismo, de la tradición cubana,
porque Cervantes en el XIX ya era primer premio en el Conservatorio de París y
en esa época París era muy reconocido , mucho más que ahora, en la enseñanza
del piano. Margot Rojas con la influencia de la escuela del siglo XIX y
Merzhanov en el Conservatorio de Tchaikovski de Moscú, redondeando todos esos
conocimientos con la más metodológica perfecta escuela pianística que es la
escuela soviética, la escuela rusa, son los cuatro pilares en los que se sienta
esa plataforma que me ha sostenido y que me sostiene y me sostendrá hasta el
último día de mi vida. Porque es mucho lo que todavía tengo que aprender,
consolidar de esos cuatro niveles de información, independientemente que yo los
haya estudiado, profundizado, independientemente que haya tenido logros tan
fantásticos, como que en Rusia, los periódicos me publican como el creador de
la escuela contemporánea de piano cubana. Eso es un honor y siempre aclaro, es
de la contemporánea, la que ellos valoran, porque la escuela de piano cubana,
empieza con Cervantes y con Saumell, pero esos honores que podrán algunos
pensar que los merezco o no y que están muy relacionados a que nadie había
logrado antes que yo, que un pianista cubano fuera laureado internacionalmente,
sin salir de Cuba, o sea todos los premios internacionales que existíamos en
ese momento, todos habíamos estudiado en Europa o en Estados Unidos y yo soy el
primero que con mucha fe, con mucha seguridad en el cubano, en el talento del
cubano, en esa imbricación de culturas tan maravillosas, demuestro no solamente
con un alumno, que el primero fue Jorge Luis Prats, después vino Leonel
Morales, Victor Rodríguez, primer y único pianista cubano laureado del Concurso
Tchaikovski de Moscú. Acabo de ver a Moralito en España, tiene más de catorce
premios internacionales.
Periodista: ¿Qué significa para Frank que sus
alumnos sean premiados internacionalmente?
Maestro: Una victoria, una gran victoria, la
alegría de ver a un hijo que se gana un diploma, que se gana un mérito
merecido. Es sentirse uno callada y secretamente parte de esos lauros, sentirse
uno que se lo reconozca o no, venga la ingratitud que casi siempre viene
acompañada de los triunfos, se sabe que un pedazo del alma que llevó a esa
gente a lograr esos premios le pertenece a uno. Es un hecho, un axioma de la
vida y es muy bonito.
Periodista: ¿Cuál de los compositores cubanos le
gusta más interpretar?
Maestro: El último que toco, porque realmente con
esta formación que te la he desglosado ha groso modo, esa formación tan
atípica, nazco en cuna de clásicos, en mi casa y estoy comunicado, desde muy
niño con las mejores expresiones de la tradición trovadoresca cubana en casa
del Director de la Banda Municipal Martín Melende, esa formación desde muy niño
muy sólida y sin prejuicios. Luego todo lo que ya te narré, pero con los
baches, aparentes baches desde el punto de vista socioeconómico, de tener que recurrir
a la música popular como medio de vida, pero se convierte también en una
escuela. El ejercicio de la dirección coral, sigue ampliándose el horizonte y
luego la venida del conservatorio, Margot Rojas y ganarme el Primer Concurso
UNEAC, que fue el que me llevó a la Beca del Tchaikovski, ahora se va a
celebrar un aniversario más de este concurso, que por cierto me han invitado y
soy el presidente del jurado.
Periodista: ¿Dónde ha vivido su experiencia más
emocionante como intérprete?
Maestro: Hay varias una de las más emocionantes la
viví en Praga, cuando fui escogido entre los mejores pianistas del mundo para
ser la parte solista del Concierto # 1 de Tchaikovski, en el Primavera de
Praga, de eso por cierto hay una grabación. Quisiera hacerles un regalo a ti y
a la dirección con el disco grabado en Praga, el Tchaikovski – Gershwin, que
contiene el concierto, el día que yo lo toqué en Praga, se cumplían cien años
de que el propio Tchaikovski, había dirigido ese concierto en la Sala Svetlana.
Solamente caminar por las calles de Praga yendo hacia la Sala Svetlana y pensar
que por ahí podía haber estado el carruaje que llevó a Tchaikovski. Yo fui a
pie desde el hotel, porque quise caminar, eso es una emoción que no te la puedo
describir, no hay palabras para describir eso y luego aquella sala abarrotada,
sentirme respetado, estando lumbreras del mundo entero, como Vladimir Askenasi,
Rudor Serkin, como Liuba Temiofeva, como Lasarverma, pianistas incluso rusos
cotizados en el mundo, los mejores y que me dieran a mí la oportunidad de hacer
el concierto más tocado, o uno de lo más tocados, porque además de ese está el
Concierto # 2 de Rachmaninov , está el 1 de Chopin, Shuman y Grik, estamos
hablando de menos de diez conciertos, entre los que el uno de Tchaikovski, que
fue el que escogieron para mí, es una de las coronas y de verdad que eso es
inolvidable. Recuerdo otra gran emoción, cuando a los 19 años en el Amadeo
Roldán y con el coro del Conservatorio hice el estreno de la Fantasía de coro,
orquesta y piano de Beethoven. Yo me acuerdo que pisaba el escenario del Amadeo
Roldán, eso es algo extraordinario y desde aquí abogo por salvar el Amadeo y
espero que tú me ayudes, hay que salvar la tradición que hay en ese terreno, en
esas paredes, no se puede crear por decisión de nadie en el mundo. Hay que
salvar el Amadeo. Esa noche en la que los aplausos no paraban y yo tuve el
honor de tocar con la Sinfónica Nacional dirigida por Manuel Ochoa, quien
fuera también el director del Coro Conservatorio, con grandes personalidades
que estaban en el coro (Digna Guerra, Teresita Junco, una de las grandes
formadoras de la pianística cubana, Guido López Gavilán, Daniel Marco,
infinidad de personas) y la Orquesta Sinfónica Nacional, en uno de sus
mejores momentos, con el violinista, creo que argentino, SinsiaVanyú, con el
primer fagó Mederson, con Lido Guarnieri, en el primer oboe, con Junco en el
primer clarinete, Ondina en la flauta, Vencomo en el corno, Orestes Urfé en el
contrabajo, esos son regalos de la vida, es como haber tocado un pedazo de la
luna, sin tener que coger un cohete. Otras noches para ponerte otros ejemplos,
cuando inauguré la Sala Dolores, la mejor acústica de Cuba y cuando
inauguré la Sala del Sholpis Haus de Berlín. Yo fui por la mañana a
ensayar y había un montón de gente que daban la impresión de mendigos, aunque
luego me di cuenta que la ropa era muy buena, qué hacían allí, estaban desde la
madrugada con 10 o 12 grados sobre cero, que ya es bastante frío, haciendo cola
para comprar la entrada para mi concierto. Me acuerdo que estaba Farah María y
tuve nueve salidas a escena, después de tocar música austriaca y alemana, toqué
Mozart, Beethoven y Shuman, después de la Fantasís Opus 17 de Shuman, hay un
silencio primero y de pronto empiezan los aplausos, son cuatro ejemplos de
noche inolvidables, aunque no son las únicas.
Periodista: ¿Tocar el piano de Mozart?
Maestro: Imagínate, eso no fue de las
presentaciones porque no era un concierto público, pero es de las últimas
emociones, más bien eso es como un gran premio, eso es como que te den el
premio de 17 concursos o te otorguen el Granmy de honor histórico, que le
otorgaron a Formell, después que muchas veces se le podían haber otorgado, pero
que bueno que por lo menos al final de su vida, le dieron un pedacito de lo que
se merecía. Así es la vida, por eso no hay que hacerle mucho caso a los premios
que otorgan las personas. Pero ese tipo de cosas, de poder un día, estar en
contacto con la casa de Mozart.
Periodista: ¿Cómo fue?
Maestro: Fue, primero inesperado, porque,
yo quería ir allí sabiendo que eso es una casa museo y que si tú haces la cola
y pagas un diezmo puedes entrar, pero la sorpresa fue que gracias a algunas
personas amigas y a la información que había provocado mi concierto en ciertos
niveles de la cultura, pues ya en el Sansburgo se conocía de mi visita y cuando
llegué me recibió el Presidente de la Sociedad Mundial Mozart, Yohan y Ana su
esposa, encantadora, estaba Mayito, un pianista cubano que me ayudó muchísimo y
yo fui allí y resulta que lejos de cobrarme la entrada de hacer cola, me
estaban esperando con los manuscritos de Mozart, de una de las obras que yo
había tocado en el recital. Cuando me llevaron a las bóvedas donde están todos
los documentos de Mozart hay seis vidrieras que se alternan los manuscritos
están cuidados con temperaturas especiales y en la primera vidriera veo yo, el
facsímil y le digo a Yohan: “Mire que casualidad esta obra yo la acabo de tocar
en mi recital, aquí en Austria”. Me dijo: No, no es casualidad, yo oí su
interpretación y esto es algo que usted se merece. Estar allí en la casa, ver
los salones donde él vivía y llegar al de arriba donde está su último
clavicémbalo y su último piano, que fue con el que el hizo la gira a Viena. Hay
un cordón enorme forrado de terciopelo y la guía de la delegación
norteamericana (más de 35 pianistas y profesores), le habló de dos jóvenes
laureados a Yohan, uno principalmente muy importante y le dice ella: Cuánto
honor sería para nosotros de poder tocar el piano del gran maestro Mozart y él
dice :”Bueno, es una alegría que estén aquí todos, hoy el piano de Mozart
es para el maestro cubano”. Entonces yo casi no me lo creo y allí fui y toqué.
Todavía yo estoy analizando, que fue lo que sentí, porque no me acuerdo. Es
como si fuera un hueco negro, un bache, cuando me senté y pude tocar aquello
donde estuvieron los dedos de Mozart. Es algo que me nutre el espíritu, todavía
al cabo de no sé cuantos meses, quiero verbalizar el sentimiento y no lo logro,
es algo muy grande, el estado anímico que provocó eso.
Periodista: ¿Qué opinión le merece a Frank Fernández
la explosión numérica que tiene la música popular cubana?
Maestro: A mí me parece que mientras sean buenas
es muy bueno que florezcan, creo que todas no van a trascender, creo que la
historia tiene esa espada bien afilada, donde te deja a ti crear. Es cierto que
se ha salido de la mano, se ha convertido en una moda que se hace una buena
orquesta y cuando tiene un poco de éxito se separan la mitad de los músicos y
hacen tantas orquestas como músicos se separan, pero yo repito, mientras toquen
bien, a mí no me molesta y la historia se va a encargar de decir, tú si quedas
y tú no quedas. A mí lo que me preocupa es la explosión numérica de la
chabacanería y el mal gusto que ha habido en Cuba y que hay en Cuba con grupos
que no son de buenos músicos populares, de grupos de personas que no son ni
buenos, ni populares y que incluso se hacen famosos porque ha habido un
deterioro en el gusto popular y el gusto se educa. A nosotros los mayores se
nos ha ido de la mano, cada cual que se coja su pedacito de responsabilidad. Yo
siento que he luchado y sigo luchando por el buen gusto y por todo lo que
defienda la identidad de mi país. Se ha colado, una explosión numérica del mal
gusto y chabacanería y que está atrofiando los cerebros y el alma de las
jóvenes generaciones.
Periodista: ¿Por qué la música de concierto no ha
tenido la misma creatividad?
Maestro: Yo creo que la música de concierto si ha
tenido la misma creatividad. Lo que no ha tenido la misma aceptación, la misma
promoción. Ahora mismo en el Festival de Música Contemporánea, se han oído
cosas muy bellas y en el Encuentro de Jóvenes Pianistas se tocó por Carla
Martínez una obra del compositor Juan Piñera, que es una excelentísima obra. Si
hay una gran creatividad en la música clásica cubana, lo que no hay es
divulgación. Cada época tiene su música. No es solamente si es clásica o
popular , en unos años triunfantes en una gran euforia sobre la educación y que
todos tenemos que alfabetizarnos , cuál es una de las músicas que más florecen;
las mejores tradiciones de la música popular bailable; las mejores tradiciones
de la trova, primero con el feeling , canciones preciosas; y las nuevas
tradiciones con la nueva trova, con temas llenos no solo de valores amatorios,
sino también de filosofía y de literatura de primer nivel con bellísimas
músicas. En ese momento se hablaba de cultura, de la educación, del desarrollo
y se le daba un interés extraordinario. Parece que ahora algo está pasando,
aunque yo creo que no es ahora, yo digo que lo que estamos recibiendo ahora en
la cultura fue lo que hicimos hace diez años y lo que estamos haciendo ahora se
verá dentro de diez años. Por favor “al combate corred
bayameses, que la patria os contempla orgullosa”, que no acaben con ella
con tanta pornografía disfrazada de canto popular.
Periodista: ¿Cómo ha podido la música cubana
sostenerse a pesar de las campañas contra los intérpretes cubanos en los
Estados Unidos?
Maestro: Por su gran calidad, ni Estados Unidos,
ni ningún país del mundo puede desprestigiar la calidad de los músicos cubanos,
ni de la música cubana y cada día más a nosotros nos dejan ir al bate pocas
veces, pero cuando no los permiten es jonrón o como mínimo un doble o un
triple. Yo estoy viendo, por ejemplo, en canales bastante criticones y
desafectos de Cuba y le dedican programas especiales al cine cubano. Siempre
tratan de criticar la película que más enseñe la parte fea de Cuba y de alguna
manera algunos cineastas se han prestado para fotografiar las partes más
feas, porque saben que eso tiende a facilitarle la promoción. Pero sea como sea
es cine cubano y de mucha gente buena que además está aquí y hay algunas
producciones de muchísimo nivel que no tienen que ver con esas alusiones que yo
hice y que son súper respetadas en el mundo. Toda la producción de Tetón, es
una cosa que cada día que pasa crece, Humberto Solas, Femando Pérez, son gente
de primerísimo nivel. Actores y actrices tenemos a Deysi Granado, Raquel
Revuelta, Sergio Borrero. Cuba no la opaca nadie. Nos siguen haciendo daño, nos
siguen tratando de desprestigiar, pero donde quiera que haya un artista cubano
la gente reconoce que hay una fuerza creadora extraordinaria y eso es Cuba.
Periodista: ¿Cómo usted ve el futuro de la
pianística cubana?
Maestro: Lo veo por una parte muy sólido, lo veo
muy promisorio. Cuando lo procesos de desarrollo están bien afincados tienen
sus altas y bajas, tienen sus momentos de esplendor y de menos brillantez, pero
ya no son eliminados nunca. Por otra parte lo veo con algunas preocupaciones es
que la música de concierto o llamada clásica sigue teniendo menos promoción que
antes. Tenemos pocos teatros, solamente algunos que se mantienen por la Oficina
del Historiador, creo que hay que hacer grandes esfuerzos y creo que el
Ministerio de Cultura está poniendo gran atención sobre eso. Esto implica que
hay poco trabajo y que hay mucha emigración de tipo artístico, poco económico –
artístico, porque se dificulta el trabajo para los jóvenes talentos aquí. Tu
pregunta tiene dos formas de contestarse. Desde el punto de vita de la
promoción lo veo un poco mal, con falta de apoyo. Desde el punto de vista de la
creatividad, de lo que producen los profesores, del talento de los jóvenes
pianistas cubanos lo veo maravillosamente bien.
Periodista: Recientemente le llegó la noticia de que
el presidente de Rusia le otorgó la medalla Alexander Pushkin. ¿Cómo le llegó
la noticia? ¿Qué significa para usted?
Maestro: Así es. La primera cosa importante la
acabas de mencionar, es una medalla. Primero lleva el nombre del famoso
escritor Alexander Pushkin, ya eso es un mérito, como cualquier premio que te
den que lleve el nombre José Martí. Yo me imagino que para un cubano es motivo
de orgullo. Lo segundo es quien la otorga, porque no la otorga ni el
parlamento, ni el Consejo de Estado, ni el Buró Político, la otorga el
Presidente de Rusia, tiene que ser firmado el decreto de otorgamiento por el
Presidente de Rusia y en unos momentos en los que Rusia está participando en el
mundo con tantos conflictos, con tanta valentía, bravo para Rusia, pero, con
tanto enemigo que se le ha ajuntado en contra para seguir tratando de perpetuar
y agrandar el poder hegemónico del gran imperio, yo me siento doblemente
honrado de que el presidente Putin, que ojalá tenga posibilidad de saludarlo en
algún momento, haya firmado el decreto para esa medalla que aún no se me ha
entregado, me llamó el excelentísimo embajador Caminando Rusia estando en mi
provincia, en mi pueblo para darme la noticia. Esto es una casualidad buena,
bonita. Estaba ensayando con Silvio, el concierto que íbamos hacer en Mayarí,
una vieja promesa. Fue un proceso de amistad de hace como diez años, que yo le
dije: “Quiero que vayas a mi pueblo” y él me dijo: “Y yo quiero que tú vayas al
mío”, nos hicimos la promesa.
Periodista: ¿Desde cuándo no iba a
Mayarí?
Maestro: Yo fui a Mayarí hace como dos años o tres
y estaba ahí con una pequeña discusión que parece que me van a cumplir. Hay gente
muy linda, muy buena que parece estar cumpliendo con su palabra y me dio
muchísima alegría y ya con la que tenía de que Silvio iba a mi pueblo,
que yo iba a seguir también en Holguín con la presentación de un momento
importante de mi vida en este año que fue montar el famoso quinteto de
Schubert, La Trucha, que es un monumento de obra son cinco movimientos y lo
preparé con gente de Camagüey, de Guantánamo y de Holguín. Y allí se dio
después de los dos conciertos con Silvio, la oportunidad de hacer eso que
también fue fenomenal. Allí después de un ensayo, estando en la casa, me llamó
el embajador Caminan, y me dijo: “Tengo la alegría, el honor de decirte que el
presidente Putin acaba de mandar el decreto del otorgamiento del primer
artista cubano que recibe la medalla Alexander Putchkin”. Es una medalla que
independientemente tiene connotaciones humanistas y no cabe duda que se le
entrega a personas que contribuyan de alguna manera a la unión de su país con
Rusia. Es una medalla que ante todo tiene que tener una obra de la vida en la
especialidad, política, científica o cultural de primer nivel mundial. No es
una medalla que se otorga por buena gente o por cariñoso. Está implícito el
cariño y el respeto a Rusia, está implícito el deseo de unión, la actitud
humanista de la persona a la cual se le otorga , pero no se le otorga a
personas por cualidades éticas, se le otorga a personas por cualidades en su
especialidad, en este caso estéticas y eso a mí me llena de orgullo. Da la
casualidad o quizás no es la casualidad, quizás es una coyuntura tremenda. Yo
soy un martiano furibundo y este año me entregaron la Sociedad Cultural José
Martí, también el premio José Martí, que fue Al único intelectual cubano que se
le entregó. Pensando siempre en los que han hecho posible que estas cosas lindas
existan le quise dedicar, aunque ya no está muy de moda, esos premios a Fidel.
Lo ratifico aquí y que me responda si se enteró. Como a veces no se entera de
todas las cosas, según el mismo ha dicho, ojalá se entere de esto.
Periodista:¿Qué significa Fidel para Frank
Fernández?
Extraordinario. Conocer a Fidel es como haber
conocido a Bach, a Beethoven, conocer a esos grandes hombres del arte, de la
ciencia. Fidel no es un político, es un humanista, un guía, un visionario.
Fidel es una especie de monje. Es algo muy grande y creo que estamos demasiado
cerca, porque lo tenemos todavía en vida.
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