jueves, 30 de noviembre de 2017

Entrevista de Radio Reloj al Maestro Frank Fernández / 30 de junio de 2014.



El maestro Frank Fernández

Periodista: ¿Cómo llega el maestro Frank Fernández a su aniversario 55 de vida artística?

Maestro: Bueno, más viejo. Realmente me siento muy contento, no satisfecho, porque cuando uno ya aprende a valorar y a respetar el arte, satisfecho es muy difícil que uno se sienta, pero sí muy contento, porque casi, casi todos los empeños de mi vida los he podido cumplir. El primero y mayor de todos ha sido, el llegar a ser concertista naciendo en un pueblo del  campo oriental, donde los elementos culturales, como seguramente, tú debes saber, eran la Banda Municipal y la Academia de Música de mi madre, allí no había más que eso y mucha gente me desestimuló, diciéndome que para ser concertista había que nacer en La Habana, había que tener una familia y un ambiente de mayores niveles culturales. Pues ese ha sido el sueño más grande de mi vida y dedicado, además, a la memoria de mi madre, que antes de morir, cuando yo tenía seis años, me dijo: “Mijo, no abandones nunca el piano, tú tienes talento “ o “Tú tienes talento , no abandones nunca el piano”. Así,  llego a los 70 y confieso que sigo tratando de aprender, sigo tratando de perfeccionar mis capacidades artísticas, mis conocimientos como compositor, como director de coro, eventual director de orquesta, sobre todo cuando grabo la música que compongo y como pianista, que ha sido el esfuerzo mayor o el mayor tiempo que le he dedicado a mis capacidades.

Periodista: ¿Qué significa para Frank Fernández Mayarí, su mamá, Henry Mozert y Margot Rojas?

Maestro: Mayarí es como una de las cuatro patas fundamentales de una  mesa, que ha sustentado toda mi carrera, yo siempre he dicho y repito y cada vez me convenzo más, que sin Mayarí, yo hubiera quedado cojo e incompleto. Mi mamá, es la inspiración, la soledad y al mismo tiempo mi ángel de la guarda más importante, a la cual he dedicado toda mi vida, todas las cosas buenas de mi vida. Yo pienso, que bueno sería que ella estuviese. Henry Mozert es el famoso director de coro alemán, que vino a Cuba y en un momento, donde a mí no me habían permitido la entrada al Conservatorio Amadeo Roldán, por falta de gran preparación técnica. Yo tuve que trabajar en la música popular que fue donde me dieron cabida, me siento orgulloso de lo que aprendí, pero el hecho real es que volví a Mayarí, porque yo sabía que para ser concertista tenía que tener una preparación más fuerte. Henry Mozert  cuando da el curso a los grandes directores de coro admite una serie de alumnos oyentes , yo me apunto, por Oriente me mandan como alumno oyente y en las características que Mozert hace, el me salva la vida artística porque , él dice: “Frank Fernández puede ser un gran director de coro, pero mejor pianista” .Y tú sabes que en todos los países del mundo hay cierto colonialismo mental , que lo que dicen los extranjeros, tiende a creerse un poco más, eso ni está mal, ni está bien, el hecho es que eso me consiguió la plaza de profesor y me permitió estar como profesor – alumno en el Conservatorio Amadeo Roldán y ahí finalmente, gracias a esa oportunidad conozco a Margot Rojas, que es una de las cuatro patas de la mesa, porque ella me trasmite, el conocimiento de las esenciales formas de tocar, de concebir la música del siglo XIX. ¿Por qué una mujer en pleno siglo XX tiene esa capacidad? Pues porque ella había sido alumna del último alumno de Franz Liszt; y como tú conoces y todos los oyentes seguramente saben, Franz Liszt fue considerado el más grande pianista del mundo en el siglo XIX. Y el siglo XIX es el siglo de oro del piano y eso Margot Rojas me lo trasmite a mí. Además de grandes valores humanos y esa es una pata importantísima de esta mesa que sostiene mi carrera artística,  ya que era una persona muy ética, muy genial y ella me da esos conocimientos desde el punto de vista estilístico. Es algo muy trascendente en la vida de Frank Fernández, Margot Rojas.

Periodista: ¿Cómo recuerda su estancia en Moscú?

Maestro: Moscú es otra de las cuatro patas ya van tres. Victor Merzhanov, uno de los más grandes pianistas y pedagogos de la escuela rusa de piano. Después de los principios de la escuela romántica, de la escuela del siglo XIX en el piano, el desarrollo que ha existido en la enseñanza, está en el Conservatorio Tchaikovski y allí yo, a través de ese grande de la escuela rusa de piano, aprendo, solidifico lo que Margot me ha enseñado y desarrollo al máximo de mis posibilidades, lo que hoy es considerado por muchos críticos, con mucha generosidad y con mucha solidez y antes de que me preguntes cuál es la cuarta pata, te informo que ha sido mi dedicación, mi estudio, mi análisis a las mejores tradiciones de la pianística cubana. Ahí están mis discos sobre Cervantes, Lecuona, sobre Cervantes – Saumell que es la primera grabación en el mundo que incluye todas las danzas y contradanzas, música que todavía está por hacerle justicia completamente, pero ese conocimiento de lo propio, junto con la vinculación con Mayarí al mundo de la mejor tradición popular. Ese conocimiento y estudios, de investigaciones sobre los grandes clásicos de la música cubana. Yo siempre aclaro que Cervantes y Saumell no solamente son los primeros nacionalistas, son los padres de toda la música cubana, porque hasta ellos sin quitarle méritos a Paderos, Cecilia Aristis a todos los anteriores, porque yo creo que es muy lindo sumar en lugar de restar. Si había méritos , pero la concreción, la transparencia y la fuerza que lograron Cervantes y Saumell marcaron indisolublemente una manera de sonar que ya no solamente podía ser parecido a un nacionalismo, ya no solamente era un nacionalismo con grandes influencias europeas, no, ya era una música absolutamente criolla, una música identitaria de la nacionalidad cubana y eso es mucho, se dice rápido, pero es mucho y yo me tomé mucho tiempo, empeño, sacrificio y placer en conocer eso. O sea que Mayarí la génesis, ese contacto con la música clásica y popular, sin fronteras, el conocimiento de las tradiciones del gran pianismo, de la tradición cubana, porque Cervantes en el XIX ya era primer premio en el Conservatorio de París y en esa época París era muy reconocido , mucho más que ahora, en la enseñanza del piano. Margot Rojas con la influencia de la escuela del siglo XIX y Merzhanov en el Conservatorio de Tchaikovski de Moscú, redondeando todos esos conocimientos con la más metodológica perfecta escuela pianística que es la escuela soviética, la escuela rusa, son los cuatro pilares en los que se sienta esa plataforma que me ha sostenido y que me sostiene y me sostendrá hasta el último día de mi vida. Porque es mucho lo que todavía tengo que aprender, consolidar de esos cuatro niveles de información, independientemente que yo los haya estudiado, profundizado, independientemente que haya tenido logros tan fantásticos, como que en Rusia, los periódicos me publican como el creador de la escuela contemporánea de piano cubana. Eso es un honor y siempre aclaro, es de la contemporánea, la que ellos valoran, porque la escuela de piano cubana, empieza con Cervantes y con Saumell, pero esos honores que podrán algunos pensar que los merezco o no y que están muy relacionados a que nadie había logrado antes que yo, que un pianista cubano fuera laureado internacionalmente, sin salir de Cuba, o sea todos los premios internacionales que existíamos en ese momento, todos habíamos estudiado en Europa o en Estados Unidos y yo soy el primero que con mucha fe, con mucha seguridad en el cubano, en el talento del cubano, en esa imbricación de culturas tan maravillosas, demuestro no solamente con un alumno, que el primero fue Jorge Luis Prats, después vino Leonel Morales, Victor Rodríguez, primer y único pianista cubano laureado del Concurso Tchaikovski de Moscú. Acabo de ver a Moralito en España, tiene más de catorce  premios internacionales.

Periodista: ¿Qué significa para Frank que sus alumnos sean premiados internacionalmente?

Maestro: Una victoria, una gran victoria, la alegría de ver a un hijo que se gana un diploma, que se gana un mérito merecido. Es sentirse uno callada y secretamente parte de esos lauros, sentirse uno que se lo reconozca o no, venga la ingratitud que casi siempre viene acompañada de los triunfos, se sabe que un pedazo del alma que llevó a esa gente a lograr esos premios le pertenece a uno. Es un hecho, un axioma de la vida y es muy bonito.

Periodista: ¿Cuál de los compositores cubanos le gusta más interpretar?  
  
Maestro: El último que toco, porque realmente con esta formación que te la he desglosado ha groso modo, esa formación tan atípica, nazco en cuna de clásicos, en mi casa y estoy comunicado, desde muy niño con las mejores expresiones de la tradición trovadoresca cubana en casa del Director de la Banda Municipal Martín Melende, esa formación desde muy niño muy sólida y sin prejuicios. Luego todo lo que ya te narré, pero con los baches, aparentes baches desde el punto de vista socioeconómico, de tener que recurrir a la música popular como medio de vida, pero se convierte también en una escuela. El ejercicio de la dirección coral, sigue ampliándose el horizonte y luego la venida del conservatorio, Margot Rojas y ganarme el Primer Concurso UNEAC, que fue el que me llevó a la Beca del Tchaikovski, ahora se va a celebrar un aniversario más de este concurso, que por cierto me han invitado y soy el presidente del jurado.

Periodista: ¿Dónde ha vivido su experiencia más emocionante como intérprete? 

Maestro: Hay varias una de las más emocionantes la viví en Praga, cuando fui escogido entre los mejores pianistas del mundo para ser la parte solista del Concierto # 1 de Tchaikovski, en el Primavera de Praga, de eso por cierto hay una grabación. Quisiera hacerles un regalo a ti y a la dirección con el disco grabado en Praga, el Tchaikovski – Gershwin, que contiene el concierto, el día que yo lo toqué en Praga, se cumplían cien años de que el propio Tchaikovski, había dirigido ese concierto en la Sala Svetlana. Solamente caminar por las calles de Praga yendo hacia la Sala Svetlana y pensar que por ahí podía haber estado el carruaje que llevó a Tchaikovski. Yo fui a pie desde el hotel, porque quise caminar, eso es una emoción que no te la puedo describir, no hay palabras para describir eso y luego aquella sala abarrotada, sentirme respetado, estando lumbreras del mundo entero, como Vladimir Askenasi, Rudor Serkin, como Liuba Temiofeva, como Lasarverma, pianistas incluso rusos cotizados en el mundo, los mejores y que me dieran a mí la oportunidad de hacer el concierto más tocado, o uno de lo más tocados, porque además de ese está el Concierto # 2 de Rachmaninov , está el 1 de Chopin, Shuman y Grik, estamos hablando de menos de diez conciertos, entre los que el uno de Tchaikovski, que fue el que escogieron para mí, es una de las coronas y de verdad que eso es inolvidable. Recuerdo otra gran emoción, cuando a los 19 años en el Amadeo Roldán y con el coro del Conservatorio hice el estreno de la Fantasía de coro, orquesta y piano de Beethoven. Yo me acuerdo que pisaba el escenario del Amadeo Roldán, eso es algo extraordinario y desde aquí abogo por salvar el Amadeo y espero que tú me ayudes, hay que salvar la tradición que hay en ese terreno, en esas paredes, no se puede crear por decisión de nadie en el mundo. Hay que salvar el Amadeo. Esa noche en la que los aplausos no paraban y yo tuve el honor de tocar con la Sinfónica Nacional dirigida por Manuel Ochoa,  quien fuera también el director del Coro Conservatorio, con grandes personalidades que estaban en el coro (Digna Guerra, Teresita Junco, una de las grandes formadoras de la pianística cubana, Guido López Gavilán, Daniel Marco, infinidad de  personas) y la Orquesta Sinfónica Nacional, en uno de sus mejores momentos, con el violinista, creo que argentino, SinsiaVanyú, con el primer fagó Mederson, con Lido Guarnieri, en el primer oboe, con Junco en el primer clarinete, Ondina en la flauta, Vencomo en el corno, Orestes Urfé en el contrabajo, esos son regalos de la vida, es como haber tocado un pedazo de la luna, sin tener que coger un cohete. Otras noches para ponerte otros ejemplos, cuando inauguré la Sala Dolores, la mejor acústica de Cuba  y cuando inauguré la Sala del  Sholpis Haus de Berlín. Yo fui por la mañana a ensayar y había un montón de gente que daban la impresión de mendigos, aunque luego me di cuenta que la ropa era muy buena, qué hacían allí, estaban desde la madrugada con 10 o 12 grados sobre cero, que ya es bastante frío, haciendo cola para comprar la entrada para mi concierto. Me acuerdo que estaba Farah María y tuve nueve salidas a escena, después de tocar música austriaca y alemana, toqué Mozart, Beethoven y Shuman, después de la Fantasís Opus 17 de Shuman, hay un silencio primero y de pronto empiezan los aplausos, son cuatro ejemplos de noche inolvidables, aunque no son las únicas.

Periodista: ¿Tocar el piano de Mozart?

Maestro: Imagínate, eso no fue de las presentaciones porque no era un concierto público, pero es de las últimas emociones, más bien eso es  como un gran premio, eso es como que te den el premio de 17 concursos o te otorguen el Granmy de honor histórico, que le otorgaron a Formell, después que muchas veces se le podían haber otorgado, pero que bueno que por lo menos al final de su vida, le dieron un pedacito de lo que se merecía. Así es la vida, por eso no hay que hacerle mucho caso a los premios que otorgan las personas. Pero ese tipo de cosas, de poder un día, estar en contacto con la casa de Mozart.

 Periodista: ¿Cómo fue?

Maestro: Fue, primero inesperado, porque, yo quería ir allí sabiendo que eso es una casa museo y que si tú haces la cola y pagas un diezmo puedes entrar, pero la sorpresa fue que gracias a algunas personas amigas y a la información que había provocado mi concierto en ciertos niveles de la cultura, pues ya en el Sansburgo se conocía de mi visita y cuando llegué me recibió el Presidente de la Sociedad Mundial Mozart, Yohan y Ana su esposa, encantadora, estaba Mayito, un pianista cubano que me ayudó muchísimo y yo fui allí y resulta que lejos de cobrarme la entrada de hacer cola, me estaban esperando con los manuscritos de Mozart, de una de las obras que yo había tocado en el recital. Cuando me llevaron a las bóvedas donde están todos los documentos de Mozart hay seis vidrieras que se alternan los manuscritos están cuidados con temperaturas especiales y en la primera vidriera veo yo, el facsímil y le digo a Yohan: “Mire que casualidad esta obra yo la acabo de tocar en mi recital, aquí en Austria”. Me dijo: No, no es casualidad, yo oí su interpretación y esto es algo que usted se merece. Estar allí en la casa, ver  los salones donde él vivía y llegar al de arriba donde está su último clavicémbalo y su último piano, que fue con el que el hizo la gira a Viena. Hay un cordón enorme forrado de terciopelo y la guía de la delegación norteamericana (más de 35 pianistas y profesores), le habló de dos jóvenes laureados a Yohan, uno principalmente muy importante y le dice ella: Cuánto honor sería para nosotros de poder tocar el piano del gran maestro Mozart y él dice :”Bueno, es una alegría que estén aquí todos, hoy el piano de Mozart  es para el maestro cubano”. Entonces yo casi no me lo creo y allí fui y toqué. Todavía yo estoy analizando, que fue lo que sentí, porque no me acuerdo. Es como si fuera un hueco negro, un bache, cuando me senté y pude tocar aquello donde estuvieron los dedos de Mozart. Es algo que me nutre el espíritu, todavía al cabo de no sé cuantos meses, quiero verbalizar el sentimiento y no lo logro, es algo muy grande, el estado anímico que provocó eso.

Periodista: ¿Qué opinión le merece a Frank Fernández la explosión numérica que tiene la música popular cubana?

Maestro: A mí me parece que mientras sean buenas es muy bueno que florezcan, creo que todas no van a trascender, creo que la historia tiene esa espada bien afilada, donde te deja a ti crear. Es cierto que se ha salido de la mano, se ha convertido en una moda que se hace una buena orquesta y cuando tiene un poco de éxito se separan la mitad de los músicos y hacen tantas orquestas como músicos se separan, pero yo repito, mientras toquen bien, a mí no me molesta y la historia se va a encargar de decir, tú si quedas y tú no quedas. A mí lo que me preocupa es la explosión numérica de la chabacanería y el mal gusto que ha habido en Cuba y que hay en Cuba con grupos que no son de buenos músicos populares, de grupos de personas que no son ni buenos, ni populares y que incluso se hacen famosos porque ha habido un deterioro en el gusto popular y el gusto se educa. A nosotros los mayores se nos ha ido de la mano, cada cual que se coja su pedacito de responsabilidad. Yo siento que he luchado y sigo luchando por el buen gusto y por todo lo que defienda la identidad de mi país. Se ha colado, una explosión numérica del mal gusto y chabacanería y que está atrofiando los cerebros y el alma de las jóvenes generaciones.

Periodista: ¿Por qué la música de concierto no ha tenido la misma creatividad? 

Maestro: Yo creo que la música de concierto si ha tenido la misma creatividad. Lo que no ha tenido la misma aceptación, la misma promoción. Ahora mismo en el Festival de Música Contemporánea, se han oído cosas muy bellas y en el Encuentro de Jóvenes Pianistas se tocó por Carla Martínez una obra del compositor Juan Piñera, que es una excelentísima obra. Si hay una gran creatividad en la música clásica cubana, lo que no hay es divulgación. Cada época tiene su música. No es solamente si es clásica o popular , en unos años triunfantes en una gran euforia sobre la educación y que todos tenemos que alfabetizarnos , cuál es una de las músicas que más florecen; las mejores tradiciones de la música popular bailable; las mejores tradiciones de la trova, primero con el feeling , canciones preciosas; y las nuevas tradiciones con la nueva trova, con temas llenos no solo de valores amatorios, sino también de filosofía y de literatura de primer nivel con bellísimas músicas. En ese momento se hablaba de cultura, de la educación, del desarrollo y se le daba un interés extraordinario. Parece que ahora algo está pasando, aunque yo creo que no es ahora, yo digo que lo que estamos recibiendo ahora en la cultura fue lo que hicimos hace diez años y lo que estamos haciendo ahora se verá dentro de diez años. Por favor “al combate corred bayameses, que la patria os contempla orgullosa”, que no acaben con ella con tanta pornografía disfrazada de canto popular.

Periodista: ¿Cómo ha podido la música cubana sostenerse a pesar de las campañas contra los intérpretes cubanos en los Estados Unidos?

Maestro: Por su gran calidad, ni Estados Unidos, ni ningún país del mundo puede desprestigiar la calidad de los músicos cubanos, ni de la música cubana y cada día más a nosotros nos dejan ir al bate pocas veces, pero cuando no los permiten es jonrón o como mínimo un doble o un triple. Yo estoy viendo, por ejemplo, en canales bastante criticones y desafectos de Cuba y le dedican programas especiales al cine cubano. Siempre tratan de criticar la película que más enseñe la parte fea de Cuba y de alguna manera algunos cineastas se han  prestado para fotografiar las partes más feas, porque saben que eso tiende a facilitarle la promoción. Pero sea como sea es cine cubano y de mucha gente buena que además está aquí  y hay algunas producciones de muchísimo nivel que no tienen que ver con esas alusiones que yo hice y que son súper respetadas en el mundo. Toda la producción de Tetón, es una cosa que cada día que pasa crece, Humberto Solas, Femando Pérez, son gente de primerísimo nivel. Actores y actrices tenemos a Deysi Granado, Raquel Revuelta, Sergio Borrero. Cuba no la opaca nadie. Nos siguen haciendo daño, nos siguen tratando de desprestigiar, pero donde quiera que haya un artista cubano la gente reconoce que hay una fuerza creadora extraordinaria y eso es Cuba.   

Periodista: ¿Cómo usted ve el futuro de la pianística cubana?

Maestro: Lo veo por una parte muy sólido, lo veo muy promisorio. Cuando lo procesos de desarrollo están bien afincados tienen sus altas y bajas, tienen sus momentos de esplendor y de menos brillantez, pero ya no son eliminados nunca. Por otra parte lo veo con algunas preocupaciones es que la música de concierto o llamada clásica sigue teniendo menos promoción que antes. Tenemos pocos teatros, solamente algunos que se mantienen por la Oficina del Historiador, creo que hay que hacer grandes esfuerzos y creo que el Ministerio de Cultura está poniendo gran atención sobre eso. Esto implica que hay poco trabajo y que hay mucha emigración de tipo artístico, poco económico – artístico, porque se dificulta el trabajo para los jóvenes talentos aquí. Tu pregunta tiene dos formas de contestarse. Desde el punto de vita de la promoción lo veo un poco mal, con falta de apoyo. Desde el punto de vista de la creatividad, de lo que producen los profesores, del talento de los jóvenes pianistas cubanos lo veo maravillosamente bien.

Periodista: Recientemente le llegó la noticia de que el presidente de Rusia le otorgó la medalla Alexander Pushkin. ¿Cómo le llegó la noticia? ¿Qué significa para usted?

Maestro: Así es. La primera cosa importante la acabas de mencionar, es una medalla. Primero lleva el nombre del famoso escritor Alexander Pushkin, ya eso es un mérito, como cualquier premio que te den que lleve el nombre José Martí. Yo me imagino que para un cubano es motivo de orgullo. Lo segundo es quien la otorga, porque no la otorga ni el parlamento, ni el Consejo de Estado, ni el Buró Político, la otorga el Presidente de Rusia, tiene que ser firmado el decreto de otorgamiento por el Presidente de Rusia y en unos momentos en los que Rusia está participando en el mundo con tantos conflictos, con tanta valentía, bravo para Rusia, pero, con tanto enemigo que se le ha ajuntado en contra para seguir tratando de perpetuar y agrandar el poder hegemónico del gran imperio, yo me siento doblemente honrado de que el presidente Putin, que ojalá tenga posibilidad de saludarlo en algún momento, haya firmado el decreto para esa medalla que aún no se me ha entregado, me llamó el excelentísimo embajador Caminando Rusia estando en mi provincia, en mi pueblo para darme la noticia. Esto es una casualidad buena, bonita. Estaba ensayando con Silvio, el concierto que íbamos hacer en Mayarí, una vieja promesa. Fue un proceso de amistad de hace como diez años, que yo le dije: “Quiero que vayas a mi pueblo” y él me dijo: “Y yo quiero que tú vayas al mío”, nos hicimos la promesa.

Periodista: ¿Desde cuándo no iba a Mayarí?

Maestro: Yo fui a Mayarí hace como dos años o tres y estaba ahí con una pequeña discusión que parece que me van a cumplir. Hay gente muy linda, muy buena que parece estar cumpliendo con su palabra y me dio muchísima alegría y ya con la que tenía de que Silvio iba  a mi pueblo, que yo iba a seguir también en Holguín con la presentación de un momento importante de mi vida en este año que fue montar el famoso quinteto de Schubert, La Trucha, que es un monumento de obra son cinco movimientos y lo preparé con gente de Camagüey, de Guantánamo y de Holguín. Y allí se dio después de los dos conciertos con Silvio, la oportunidad de hacer eso que también fue fenomenal. Allí después de un ensayo, estando en la casa, me llamó el embajador Caminan, y me dijo: “Tengo la alegría, el honor de decirte que el presidente Putin acaba de mandar el decreto del otorgamiento  del primer artista cubano que recibe la medalla Alexander Putchkin”. Es una medalla que independientemente tiene connotaciones humanistas y no cabe duda que se le entrega a personas que contribuyan de alguna manera a la unión de su país con Rusia. Es una medalla que ante todo tiene que tener una obra de la vida en la especialidad, política, científica o cultural de primer nivel mundial. No es una medalla que se otorga por buena gente o por cariñoso. Está implícito el cariño y el respeto a Rusia, está implícito el deseo de unión, la actitud humanista de la persona a la cual se le otorga , pero no se le otorga a personas por cualidades éticas, se le otorga a personas por cualidades en su especialidad, en este caso estéticas y eso a mí me llena de orgullo. Da la casualidad o quizás no es la casualidad, quizás es una coyuntura tremenda. Yo soy un martiano furibundo y este año me entregaron la Sociedad Cultural José Martí, también el premio José Martí, que fue Al único intelectual cubano que se le entregó. Pensando siempre en los que han hecho posible que estas cosas lindas existan le quise dedicar, aunque ya no está muy de moda, esos premios a Fidel. Lo ratifico aquí y que me responda si se enteró. Como a veces no se entera de todas las cosas, según el mismo ha dicho, ojalá se entere de esto.

Periodista:¿Qué significa Fidel para Frank Fernández?

Extraordinario. Conocer a Fidel es como haber conocido a Bach, a Beethoven, conocer a esos grandes hombres del arte, de la ciencia. Fidel no es un político, es un humanista, un guía, un visionario. Fidel es una especie de monje. Es algo muy grande y creo que estamos demasiado cerca, porque lo tenemos todavía en vida.

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